Vicente Fernández

(1940-2021)



Sergio Embleton Márquez

Este adiós, este adiós que me das

hace tiempo lo estaba esperando.


Lo cierto es que nadie esperaba despedir el día de hoy a una leyenda, el Charro de Huentitán, último cantante de la época dorada de la música ranchera. Con más de medio siglo de carrera, varias decenas de discos y numerosos reconocimientos a su obra y trayectoria –desde Grammys hasta una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood–, el cantante nacido en Huentitán el Alto, Jalisco, partió de este mundo a causa de complicaciones en las vías respiratorias, pero dejando un legado, una huella imborrable en la historia de la música mexicana.


Don Vicente fue un artista entregado a su público como pocos. Lo manifestaba con su célebre frase «Mientras el público me aplauda, yo sigo cantando» y con sus maratónicos conciertos de más de tres horas, porque para él no importaba ni la fama ni el dinero, sino el aplauso del público que reconocía su talento –esa voz poderosa de charro pero también melodiosa–, su lírica y su interpretación. Compartir su voz era su razón de ser, nos queda claro: cantando he de morir.


Y que no nos quepa duda de que así habría sido, de no ser porque diversos –malditos– malestares, trombosis pulmonar y batallas contra el cáncer, mermaron sus fuerzas y lo forzaron a retirarse de los escenarios, no sin antes agradecerle al público por acompañarlo a lo largo del camino con un último concierto en 2016. A pesar de ya no realizar giras, continuó cantando y escribiendo letras.


A estas horas, todo México estará escuchando a Vicente. Las cantinas estarán entonando a todo pulmón verdaderos himnos como «Volver, volver», «Por tu maldito amor», «Acá entre nos» y un sinfín de canciones más con las que todxs en algún momento de nuestras vidas nos hemos visto reflejados, niéguenmelo. Aunque podría ser «Con una copa de vino», brindemos mejor con un tequila en su memoria.


Pa’ mí, no hay nada eterno en la vida,

todo es viento y nubes de paso.


¿Que en la vida no hay nada eterno?

Es mentira: tu canto sentido.

Tú no habrás por completo partido,

por más nube que pase o el viento.