De la consulta popular del 1 de agosto


Georgina Quintero

Suena muy revolucionario: el pueblo puede tener injerencia en todas las decisiones y la democracia participativa esté más allá de las urnas del proceso electoral, con una participación que rebase el 45 %. Por supuesto, las formas de relacionarse con lo público, alejadas de la lógica de los partidos, son muchas.

En la historia reciente de México se localiza lo relacionado con la "Consulta popular", que data de hace 8 años; hace 7 años se aprobó en la administración de Enrique Peña Nieto en El Diario Oficial de la Federación. La consigna ha sido: el pueblo puede ser consultado para temas de interés público, en otro round, alejado del proceso electoral. Sin embargo, la forma en que fue redactada, con todos los requisitos, hacían lo más probable para que no tuviera lugar.

La administración obradorista se ha abierto a preguntarle al Pueblo, pero parcialmente. Se preguntó de la forma que convenía sobre los megaproyectos destructivos tales como el Tren Maya. Todas las voces no fueron escuchadas, incluyendo las de aquellas que alertan de los daños irreversibles a la biodiversidad.

Ahora "masivamente" se presenta la "Consulta popular", por la que al menos, el 40 % de los mexicanos inscritos en el padrón electoral deben participar para tener validez. Es su "deber ciudadano" participar para llevar ante la justicia a los traidores a la patria del pasado (los ex-presidentes y sus sexenios). Enjuiciar a quienes han cometido crímenes de lesa humanidad, han traicionado a la patria, se han visto beneficiados y cobijados por la corrupción, debería ser la norma y no esperar a una Consulta. Las decisiones del espacio público, de la toma de decisiones en los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial, deberían servir para fortalecer los intereses del pueblo. No ha sido así. Se deben señalar a los responsables de cometer fraudes, de utilizar el poder para servirse así mismos y hacer verdaderos desbarajustes.


La "Consulta Popular" tiene muy pocas virtudes y muchos defectos.


Entre las virtudes podríamos decir: 1) es organizada por el Instituto Nacional Electoral, junto con miles de ciudadanos. 1.1. No puede estar MORENA el día de la elección en las casillas, pese a que había querido estar. Se garantiza imparcialidad. 2) Es la primera vez en la historia que se realiza. 3) Grupos como el EZLN, que rechazaron tajantemente votar por AMLO en el 2018 y no apoyaron sus megaproyectos, ahora hacen un llamado a acudir, por pensar en la reparación del daño a las víctimas de sexenios pasados con las comisiones de verdad. De las inconsistencias la "Consulta Popular": 1) No es un asunto social, de ciudadanos libres, es promovida por el partido en el poder. 2) Hay un discurso así: debes votar a favor o no amas a tu patria. 3) Se han gastado más de 500 millones de pesos. 4) No hay la certeza de que el enjuiciamiento sea real, porque la actual administración recortó el presupuesto hacia las víctimas. 5) Es para reafirmar el poder de convocatoria que tiene López Obrador. 6) Cae en la manipulación histórica. El pasado “es lo peor”, por la implementación del neoliberalismo, el Fobaproa, Ayotzinapa. Es para legitimar a la 4T en el presente como "el mejor de los mundos posibles". La administración actual no puede ya culpar de todo al pasado, tiene cuentas que entregar. Remontarse al pasado, para culpar de todos los males, es parte de la mentira. La responsabilidad por las cuentas del presente se anula, así como ha sido rechazada la comisión para investigar el accidente de la línea 12 del metro, que ocurrió en meses pasados. 6.1 El neoliberalismo no se acaba con la 4 T, ni con la consulta, las desigualdades siguen y mucho más acentuadas por la pandemia. 7) La pregunta ha sido modificada por la Suprema Corte de Justicia.He aquì: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?” Sigue siendo ambigua, no hay claridad a quiénes o cómo se va a enjuiciar. Si el pasado tiene que rendir declaraciones en el banquillo, no hay hasta cuántas décadas atrás del pasado. 7.1 Se tendría que juzgar, entonces a quienes pertenecieron al salinismo, zedillismo, foxismo, pero ahora están muy felices perteneciendo y favoreciendo a MORENA. 8. Si la Consulta no es favorable, se van a repartir culpas al INE, a la oposición, los ciudadanos. Hay personajes de la 4 T que andan culpando al INE. Sin este organismo, MORENA no tendría todas las posiciones y todos los escaños de los que goza.


En la postmodernidad se pueden formular preguntas y hacer encuestas como nunca antes sobre una diversidad de temas, incluso de los más absurdos. Las respuestas no están claras, menos en el terreno político mexicano, sujeto a intereses. Se puede cambiar de opinión a cada rato, como el presidente: primero decía que como el primer mandatario no participaría en la “Consulta Popular”, que era deber de los ciudadanos; ahora dice que va a votar en contra y no a favor, como MORENA ha estado promoviendo. Las opiniones postmodernas son tan fluctuantes.


Puede acudir a la casilla, es su derecho, ya se gastó en su participación y la organización del INE ha sido ejemplar. Puede no ir, votar a favor o en contra, es libre de hacerlo.



Ilustración: Revista Digital Newsweek México