La Fiscalía General de la República ha exonerado de todo cargo y responsabilidad al Gral. Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional en la Administración del Presidente Peña Nieto.

La petición del Departamento de Justicia de EU, en el momento en que entregaron al ExSecretario a la Fiscalía Mexicana, era para que continuase la investigación del caso, la propia autoridad en México.

Los cargos presentados por la DEA en contra del General fueron por narcotráfico y lavado de dinero; se disolvieron en EU, al retractarse las autoridades de Justicia de los cargos hechos ante la Corte de Brooklyn, en Nueva York. Si bien procedió la liberación y entrega del Gral. Cienfuegos a las autoridades mexicanas de Relaciones Exteriores y de la Fiscalía General de la República, el tema ha generado diversos cuestionamientos en círculos cercanos a las fuerzas armadas, en la relación México-EU, en la relacionalidad en tareas comunes en contra de la delincuencia organizada y transnacional.

Se había señalado desde la detención en el aeropuerto de Los Ángeles del Gral. Cienfuegos, la falta de cortesía y diplomacia para el gobierno de México, ante la forma de proceder por EU en contra de un personaje de la envergadura institucional del Gral. y desde luego en contra de las fuerzas armadas y en particular del Ejército mexicano. Más aún porque se había violentado la presunción de inocencia, el debido proceso y también porque las evidencias no eran legales ni suficientemente sólidas –intervenciones y mensajes telefónicos grabados por agentes externos en suelo mexicano, dichos de un testigo protegido-, desde la perspectiva mexicana. Por ahora, el General Cienfuegos y el Ejército mexicano, así como sus familiares y amigos, observan los hechos con beneplácito.

El presidente López Obrador ha ido más allá. Ante una Fiscalía autónoma del Ejecutivo Federal, él ha asumido la posición de apoyo y de vocero, e incluso ha dicho que se abrirá el expediente del General, que ha “fabricado” la DEA. La situación abre un nuevo frente en la difícil relación con EU. La apertura del expediente tendrá consecuencias que cuestionan el doble discurso presidencial, pidiéndole que abra los expedientes bajo resguardo y amparados por la seguridad nacional, entre otros, del aeropuerto de Texcoco, sobre los aspectos de la pandemia y las obras estratégicas del gobierno actual.

La situación tiene resonancia en las relaciones civiles-militares, en su vinculación de las fuerzas armadas con el combate a la narcodelincuencia, en la discusión sobre la militarización y, sin duda, en el contexto del cambio en la presidencia de los EU. Es un tema que se abre a la reflexión y con mayor fundamento a partir del análisis del expediente del caso.