Jóvenes, trayectorias y participación política

Odette Hernández Barros

Para empezar a pensar sobre las Juventudes y los problemas que enfrentamos, sería importante preguntarnos qué entendemos por juventud. Probablemente cuando pensamos en juventud viene a nuestra mente la de idea de una edad como de 12 a 29 años, un momento de rebeldía o de inestabilidad en la vida, y en otras ocasiones, es entendida como una etapa de formación y transición, en la cual, nos estamos preparando para lograr algo (obtener un título universitario, un empleo, independizarnos, formar una familia propia, etc.) Pero a ciencia cierta, encontrar una definición absoluta de lo que es la juventud es complicado. Ello se debe principalmente a que la juventud es una construcción social, por lo cual, la definición que tengamos estará en función de la sociedad y del tiempo histórico en el cual hagamos referencia.

En nuestro caso, la idea de juventud dominante con la cual vivimos fue fundada en el siglo XIX principalmente en sociedades occidentales como Inglaterra, en donde esta idea, fue ligada completamente al ámbito educativo en el que las personas jóvenes debían formarse para después transitar al ámbito laboral.2 Así, la idea dominante de ser joven los veía como seres incompletos e inestables en una etapa de formación y preparación por la cual debían transitar para después convertirse en adultos y obtener el reconocimiento social.

Al respecto, autores como Urteaga 4 han planteado bajo esta lógica y el discurso dominante que se ha construido, que la adultez se consigue con la autonomía y la autonomía, se consigue por medio del trabajo. Lo cual se vincula totalmente con el concepto de trayectoria juvenil, el cual consiste, en entender que durante nuestra adolescencia y parte de nuestra juventud debemos asistir a la escuela, para más tarde, ingresar al ámbito laboral y cuando lo logremos seremos considerados adultos. Observando de esta manera, que es por medio de la edad que se asignan roles y normas a nuestros comportamientos. Al respecto, Pérez Islas menciona que la juventud, también puede ser entendida como: “la conjunción entre la edad biológica y la edad social, como una forma de imponer límites y de producir un orden para que cada quien ocupe su lugar”.5

Siendo así que, durante el siglo pasado, “el discurso anterior legitimó la idea de que las personas jóvenes debían asistir a la escuela para ser “formados y moldeados, debido a su inmadurez”.6 Así, las personas jóvenes fueron enviadas a la escuela en donde debían ser disciplinadas para, por una parte, interiorizar lo que la sociedad esperaba de ellos; por otra, para prepararse e ingresar al ámbito laboral 7. Sin embargo, ahora podríamos preguntarnos, cómo podríamos definir a la juventud en nuestro contexto actual, en el que las trayectorias juveniles se ha fragmentado debido a la dificultad que enfrentan las personas jóvenes para incorporarse tanto al ámbito educativo y al laboral; y en el que, en caso de conseguirlo, lo más probable es que sea en condiciones precarias, en donde “estudiar ya no es sinónimo de ingresar al ámbito laboral o de obtener un mejor empleo. Puesto que, conseguir un empleo ya no garantiza la consecución de autonomía, o de reconocimiento como un ser digno” 8.

Para discutir sobre lo anterior, es importante mencionar que, con la llegada del capital financiero al poder político, la consolidación del neoliberalismo y el proceso de globalización se ha ocasionado para Latinoamérica y gran parte del mundo un estancamiento económico cada vez más considerable 9 y por ende, el acceso al empleo es cada vez más complicado, afectando de manera mucho más directa a las personas jóvenes, ya que es en este momento en donde estamos egresando de las universidades para incorporarnos al mercado laboral. Esperando de esta manera, cumplir con el ideal de las personas jóvenes que salimos del ámbito educativo para encontrar un empleo, independizarnos económicamente y alcanzar así, la adultez. 10 Pero al salir de la universidad o incluso desde antes nos enfrentarnos con una realidad que nos excluye y precariza más allá del discurso de lo que deberíamos ser.

Así, nos percatamos de que las cosas no son como lo que creemos, que las condiciones en las que vivieron nuestros padres o abuelos no son iguales a las de ahora y que en realidad acceder a un empleo digno es mucho más difícil ocasionando de esta manera un rompimiento con el discurso del siglo pasado. Encontrándonos así, en una circunstancia en la que por un lado queremos acceder a un empleo, nos preparamos más que antes, pero que aun así, no podemos acceder a muchos de los aspectos que se espera de una persona joven, y otras veces ni siquiera podemos hacer efectivos nuestros derechos, prueba de ello se encuentra en el hecho de que únicamente “el 44% de personas jóvenes pertenecientes a la generación millennial cuentan con alguna clase de seguridad social, el 50.6% no cuenta con alguna prestación y trabaja más de 8 horas diarias, únicamente el 42% cuentan con un contrato laboral y el 81% no alcanza un salario digno” 11. Paradójicamente, un informe elaborado por el Banco de México reporta que el 49.2% de jóvenes pertenecientes a la generación millennial cuentan con educación superior, mientras que en la generación X es únicamente un 37.5% 12. Mostrando así que las personas jóvenes enfrentamos situaciones económicas que impiden nuestra independencia económica y por ende cumplir con el deber ser del joven del siglo pasado, pero, “a pesar de lo anterior, sigue vigente la idea de que las personas jóvenes deben estudiar para después ingresar al mercado laboral, y así, convertirse en personas dignas, autónomas y reconocidas socialmente” 13.

En este contexto enmarcado por la precarización y la incertidumbre que incide en nuestra vida, nosotras las personas jóvenes buscamos nuevas prácticas para lidiar con esta situación, siendo así que muchas personas jóvenes nos estamos resistiendo a este tipo de discursos dominantes y creando simultáneamente nuevas maneras de definirnos como personas jóvenes. Debe recordarse que cada quién experimenta su juventud de diversas maneras ya que hay quienes son jóvenes y tienen ya una familia, un empleo, pero no estudios universitarios, hay quienes tienen un empleo, pero no han salido de casas de sus papás, y podríamos seguir así, haciendo una serie de combinaciones muy diversas, porque al fin de cuentas la juventud se vive desde maneras muy diversas.

Siendo así que cada vez más personas jóvenes están rompiendo con la idea de que la juventud es una etapa, están mostrando que existen prácticas políticas diferentes a las tradicionales que buscan romper con los ideales impuestos por los adultos de siglos pasados, buscan espacios para redefinirse y proponer nuevas soluciones a los conflictos con los que nos enfrentamos día con día, desde espacios que en muchas de las ocasiones no son formales de la política, pero que en realidad hablan de los contextos por los cuales estamos atravesando y de la poca representación política que tenemos, obligándonos así a participar desde colectivos, podcast, organizaciones de la sociedad civil, columnas hasta redes de apoyo. Así, el futuro de las juventudes recae en propias manos, en su potencialidad para transformar la realidad y crear otro mundo posible.


Ilustración: Nirvana Guerrero

Referencias:

1 Levi Giovanni y Schmitt Jean-Claude, Historia de los jóvenes. I De la antigüedad a la edad moderna, (Madrid: Taurus, 1996).

2 Gillis John,Juventud e historia. Tradición y cambio en las relaciones de edad en Europa, (México: SIJ/UNAM, 2017).

3 Farcug Naim, Atisbos de la concepción social del trabajo: del dispositivo disciplinario a la estigmatización de los jóvenes, en: Pérez, Enrique, et. al. (2018), Entre la oportunidad y la precariedad. Jóvenes y mercados de trabajo en México, (México: UNAM/SIJ, 2018).

4 Urteaga Maritza, La construcción juvenil de la realidad. Jóvenes mexicanos contemporáneos, (México: Juan Pablos/UAMI, 2011).

5 Pérez Islas, Las transformaciones en las edades sociales. Escuela y mercados de trabajo en Los jóvenes en México, (México: Fondo de Cultura Económica, 2013) 53.

6 Urteaga Maritza, La construcción juvenil de la realidad. Jóvenes mexicanos contemporáneos, (México: Juan Pablos/UAMI, 2011) 11.

7 Coriat Benjamin, El taller y el cronómetro. Ensayo sobre el taylorismo, el fordismo y la producción en masa, (México: Siglo XXI, 2011).

8 Farcug Naim op. cit.

9 OIT, Panorama Laboral 2016, (Lima: OIT / Oficina Regional para América Latina y el Caribe, 2016).

10 Pérez Islas, Las transformaciones en las edades sociales. Escuela y mercados de trabajo en Los jóvenes en México, (México: Fondo de Cultura Económica, 2013).

11 Coriat Benjamin, El taller y el cronómetro. Ensayo sobre el taylorismo, el fordismo y la producción en masa, (México: Siglo XXI, 2011).

12 Farcug Naim, op. cit.

13 Ibid.


Bibliografía


Coriat, Benjamin (2011), El taller y el cronómetro. Ensayo sobre el taylorismo, el fordismo y la producción en masa, México: Siglo XXI

Encuesta Nacional de Egresados (2018), México: UVM.

Segato, Rita La guerra contra las mujeres (Traficantes de Sueños: Melusina, 2016)

Gillis, John (2017), Juventud e historia. Tradición y cambio en las relaciones de edad en Europa, México: SIJ/UNAM.

Levi, Giovanni y Schmitt Jean-Claude (1996), Historia de los jóvenes. I De la antigüedad a la edad moderna, Madrid: Taurus

OIT (2016), Panorama Laboral 2016 Lima: OIT / Oficina Regional para América Latina y el Caribe

____ (2019), World Employment Social Outlook, International Labour Organization: Geneve

Pérez Islas, José Antonio (2013), “Las transformaciones en las edades sociales. Escuela y mercados de trabajo”, en: Reguillo, Rossana (2013) (coord.), Los jóvenes en México, México: Fondo de Cultura Económica.

Farcug, Naim (2018), “Atisbos de la concepción social del trabajo: del dispositivo disciplinario a la estigmatización de los jóvenes”, en: Pérez, Enrique, et. al. (2018), Entre la oportunidad y la precariedad. Jóvenes y mercados de trabajo en México, UNAM/SIJ: Ciudad de México

Urteaga, Maritza y Pérez Islas, José Antonio (2013), “La construcción de lo juvenil en la modernidad y contemporaneidad mexicana”, en: Yanko González y Carles Feixa, La construcción histórica de la juventud. Bohemios, Rockanroleros y Revolucionarios, Santiago: Cuarto Propio.

Urteaga, Maritza (2011), La construcción juvenil de la realidad. Jóvenes mexicanos contemporáneos, México: Juan Pablos/UAMI.