UNA MIRADA A LOS DELITOS CONTRA LA MUJER EN EL CONFINAMIENTO POR EL COVID-19


Por: Karla Cruz Martínez



El hecho de ser mujer es una desventaja dentro de una sociedad. Por tal motivo, la segunda ola del feminismo, entre 1960 y 1980, exigió la igualdad política, social y cultural de las mujeres por la violencia ejercida contra la mujer tanto en el ámbito público como en el ámbito privado a lo largo de la historia. Esta ola reveló fenómenos muy particulares como la violencia doméstica, así como la violencia sexual dentro de la familia.1

La familia es quien perpetra más violencia contra la mujer. Se estima que la probabilidad de que una mujer sea agredida por un familiar y en su casa es mucho mayor que la de ser agredida por otro individuo o en otro lugar.2 Cabe mencionar que existen obstáculos que evitan ver la dimensión del fenómeno: la no denuncia, la normalización de acciones violentas por la visión androcéntrica vigente, el miedo a ser nuevamente violentadas, entre otros, no menos importantes, que hacen que sigan siendo silenciadas estas violaciones. Sin embargo, algunas cifras que pueden ayudar a ver la gravedad de tal situación son las presentadas por UN WOMEN, en 2020,3 en el informe se muestra que 2, 433 millones de mujeres entre 15 y 49 años han sido víctimas de violencia física y/o sexual a manos de su pareja; 137 mujeres son asesinadas por un miembro de su familia a diario.

La problemática ha sido alarmante al grado de que se realizó una estandarización conceptual de la violencia contra la mujer, emitida en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, en 1993, la cual fue definida como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. Dicho acto es síntoma de la desigualdad, inequidad y poder entre las mujeres y hombres”.4

En este marco, el siguiente artículo busca evidenciar la persistencia y la magnitud de la violencia familiar y sexual contra la mujer, delitos perpetrados en su mayoría en el ámbito privado en los meses de confinamiento por el COVID-19. Esto a partir de un análisis descriptivo de datos oficiales que fueron recopilados de la página oficial del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSS)5 y de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2020.6

Como hemos visto, la pandemia ocasionada por el COVID-19 forzó al Estado mexicano a implementar, a finales del primer trimestre del 2020, la Jornada Nacional de Sana Distancia, que dio inicio el 23 de marzo y finalizó el 30 de mayo. Ésta consistió en una serie de medidas de distanciamiento social que invitaban a la población a permanecer en sus hogares para desacelerar y disminuir la propagación del virus. No obstante, políticas y estrategias “bien intencionadas” pueden llegar a tener repercusiones en otros ámbitos. Tal es el caso del incremento de la violencia contra la mujer durante la pandemia. Con base en el registro de llamadas realizadas al 911, durante el periodo de enero a marzo de 2020 hubo un incremento de 9% en las llamadas por violencia familiar respecto al mismo periodo del año anterior.7

Violencia familiar

Dentro del Código Penal Federal (CPF), el artículo 343 define la violencia familiar como “llevar a cabo actos o conductas de dominio, control o agresión física, psicológica, patrimonial o económica, en contra de alguna persona con la que se encuentre o haya estado unida por vínculo matrimonial, de parentesco por consanguinidad, afinidad o civil, concubinato o una relación de pareja dentro o fuera del domicilio familiar”.8 La pena va de seis meses a cuatro años de prisión.

La Gráfica 1 muestra el número total de delitos por violencia familiar registrados en las averiguaciones previas y/o carpetas de investigación en los primeros ocho meses de 2020, en ésta se ve un decremento en los meses del confinamiento (marzo-mayo) a nivel agregado, por lo que parecería que la violencia no fuese un problema. Cabe mencionar que no pretendemos realizar un análisis causal entre el COVID-19 y la violencia contra la mujer, sino evidenciar la magnitud de la situación antes y durante la contingencia sanitaria a nivel nacional y local.

En este sentido, si miramos el número de denuncias de manera particular a nivel municipal, vemos un incremento de la violencia en algunos municipios. En el Mapa 1, se muestra que durante enero de 2020 hubo un registro máximo de 377 delitos por violencia familiar en el municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua, seguido de 351 en Iztapalapa, Ciudad de México, 445 delitos en Tijuana, Baja California y 278 en Puebla. Mientras que, en el Mapa 2, observamos que en el mes de marzo se denunciaron un máximo de 498 delitos por violencia familiar en Iztapalapa, lo que representó un incremento del 41% en este delito. En el caso de Puebla hubo un aumento del 32% en dicho periodo. También, se observa un incremento en otros municipios como Mexicali y Gustavo A. Madero.

Abuso sexual

El artículo 260 del CPF lo define como “la ejecución sobre una persona, sin su consentimiento, o la obligue a ejecutar para sí o en otra persona, actos sexuales sin el propósito de llegar a la cópula”. La pena va de seis a diez años de prisión y hasta doscientos días de multa. También, se considera abuso sexual cuando se obligue a la víctima a observar un acto sexual o a exhibir su cuerpo sin consentimiento. La pena aumenta si se hace uso de violencia física o psicológica.

En los meses previos al confinamiento se registró un máximo de 68 delitos registrados en Tijuana, Baja California; 67 en Iztapalapa, Ciudad de México; 48 delitos en Ciudad Juárez, Chihuahua. Pero, durante la Jornada de Sana Distancia hubo un máximo de 87 delitos registrados en Iztapalapa, lo que representó un incremento del 29.8% en este periodo. En el caso de Tijuana, se registró el mismo número que en el mes de enero.

Sin embargo, cuando vemos el agregado por mes se muestra la misma dinámica que en la violencia familiar. Pareciera que los delitos registrados por abuso sexual contra la mujer descienden durante el confinamiento.

Con este panorama, es necesario hacer énfasis en que los datos deben visualizarse e interpretarse de manera cuidadosa, ya que muestran únicamente los delitos denunciados que son registrados en las carpetas de investigación y/o averiguaciones previas. Éstos representan muy poco de lo que pasa en la realidad. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 20209 estimó 30, 273, 237 delitos ocurridos que no necesariamente fueron denunciados ante la autoridad, a este indicador se le denomina la “cifra negra”. Del total de estos delitos, únicamente 333, 466 fueron denunciados, es decir, el 11% de la cifra. Y sólo 69.1% de estos delitos denunciados inició una carpeta de investigación y/o averiguaciones previas. Por lo que, en términos estadísticos, sólo estamos mostrando una mínima parte de los delitos que ocurren en el país.

Ahora bien, ¿por qué las personas no denuncian?, ¿cuáles son las principales variables de no denunciar?, ¿el miedo al contagio desalentó la no denuncia? ¿Esto podría explicar que a nivel nacional se vea una disminución de los delitos denunciados? Con base en la ENVIPE, el primer motivo por el cual no se denuncia un delito es la pérdida de tiempo, el 38.7% de los hombres y el 34.2% de las mujeres reportaron no denunciar por esta razón. El segundo factor es la desconfianza hacia las autoridades, el 15.7% de los hombres y el 14.4% de las mujeres registraron tener desconfianza. Un tercer factor es el miedo a la represalia, el 4.5% de hombres y el 5.6% de mujeres no denunciaron por dicho motivo. Otro factor es la actitud hostil del servidor, el 4% de las mujeres y 3% de los hombres registraron no denunciar por esta situación.

Además, otro dato relevante es el motivo por el cual se denunció pero no se inició averiguación previa o carpeta de investigación. Según la Encuesta, el principal conocimiento de las causas fue por actitud hostil de la autoridad, con el 31%, seguido por la insuficiencia de pruebas, con 29.8%.

Como vemos, el problema es mucho más grave y complejo de lo que parece. Observamos que la Jornada Nacional de Sana Distancia, una estrategia para disminuir los contagios por el COVID-19, visibilizó la violencia contra las mujeres, especialmente en algunos municipios dentro de la Ciudad de México, Baja California y Chihuahua. También vemos que el sistema de procuración de justicia desalienta a las personas a denunciar, siendo que el 90% de los delitos no son denunciados debido a las múltiples variables endógenas que evidencian la debilidad e ineficiencia del mismo. Otros factores, que fueron menos explorados en este reporte, pero que deben ser mencionados, son los patrones de violencia normalizados que sufren las mujeres, los cuales son aceptados y reproducidos por la sociedad, por la narrativa androcéntrica que excluye, revictimiza e invisibiliza a las mujeres en la sociedad, en la cultura y en la historia. Y, posiblemente del que menos se habla y del que se carece de evidencia empírica, pero que es una hipótesis plausible, fue el miedo a contraer el virus, lo que hizo que cientos de mujeres fueran silenciadas de la violencia que nos aqueja en el ámbito privado.

Por lo anterior, se hace un llamado a todos los integrantes de la sociedad a transitar a una nueva narrativa que incluya, visibilice y respete el derecho a una vida libre de violencia para las mujeres con la finalidad de generar acciones contundentes que mitiguen todos los tipos de violencia que son ejercidas hacia la mujer por el simple hecho de serlo, tanto en el ámbito privado y en el público.

Ilustración: COCTECON


Acerca del autor:

Maestra en Economía de las Políticas Públicas, Universidad del Rosario, Colombia y Licenciada en Política y Gestión Social, UAM Xochimilco, México. Ha colaborado en la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados en la LXIII legislatura y en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en la generación de indicadores en materia de gobierno, seguridad pública y justicia.

Referencias:

1 Roberto Castro, "Violencia de género." Conceptos clave en los estudios de género 1 (2016), 339-354.

2 Ana Cagigas, “El patriarcado, como origen de la violencia doméstica.” Monte Bucie 5 (2000), https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=206323

3 UN WOMAN. “Hechos y cifras: Poner fin a la violencia contra las mujeres.” https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/facts-and-figures.

4 United Nations, “Resolución aprobada por la asamblea general.” https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/48/104&Lang=S.

5 SESNSS, “Incidencia delitiva.” https://www.gob.mx/sesnsp/acciones-y-programas/incidencia-delictiva-87005.

6 INEGI, “Tabulados: Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2020.”

7 SESNSS, “Estadística nacional de llamadas de emergencia al número único 911: Cifras con corte al 31 de marzo de 2020.” Centro Nacional de Información, SESNSS, “Estadística nacional de llamadas de emergencia al número único 911: Cifras con corte al 31 de marzo de 2019.” Centro Nacional de Información,

8 Cámara de Diputados, “Código Federal Penal.”

9 INEGI, “Tabulados: Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2020”.

Bibliografía:


Cagigas, Ana. “El patriarcado, como origen de la violencia doméstica.” Monte Bucie, no. 5 (2000), https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=206323 (Consultado 1-11-2020).

Cámara de Diputados, “Código Federal Penal”,

Castro, Roberto. "Violencia de género." Conceptos clave en los estudios de género vol. 1, 2016.

INEGI, “Tabulados: Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2020.” (Consultado 1-2-2021).

SESNSS, “Estadística nacional de llamadas de emergencia al número único 911: Cifras con corte al 31 de marzo de 2020” Centro Nacional de Información (Consultado 30-10-2020).

SESNSS, “Estadística nacional de llamadas de emergencia al número único 911: Cifras con corte al 31 de marzo de 2019” Centro Nacional de Información,

SESNSS, “Incidencia delitiva.” https://www.gob.mx/sesnsp/acciones-y-programas/incidencia-delictiva-87005. (Consultado 20-10-2020).

United Nations, “Resolución aprobada por la asamblea general”, https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/48/104&Lang=S. (Consultado 10-11-2020).

UN WOMAN. “Hechos y cifras: Poner fin a la violencia contra las mujeres.” https://www.unwomen.org/es/what-we-do/ending-violence-against-women/facts-and-figures. (Consultado 20-11-2020).